Desde el Museo del Baile Flamenco hacemos una parada en el tiempo para mirar atrás, concretamente a octubre de 2015. Hace ya diez años, el flamenco y el cómic se unieron en una exposición muy especial: Flamen´Comic. Nació de una historia de amor y amistad, y de la mirada singular de Eddie Pons, un artista francés que creció en Granada y que supo mezclar el arte del cante y el baile con el humor y la ironía de su trazo.
En sus dibujos, Pons hizo convivir a músicos, cantaores y toros con personajes universales como Picasso, la Gioconda o incluso DarkVador, todos compartiendo espacio con la Giralda o el Guadalquivir. Una fusión insólita y natural, como si el flamenco y la imaginación hablaran el mismo idioma.
A finales de los años ochenta, tras haber trabajado como dibujante para la prensa barcelonesa, Pons regresó a Francia, concretamente a la ciudad de Nîmes, una región sorprendentemente similar a la desembocadura del Guadalquivir por sus pastos de toros y caballos. En ese entorno fundó, junto a Pepe Linares y Bernard Sourroque, el Festival de Flamenco de la ciudad. Su cercanía con grandes figuras como Fosforito, Carmen Linares, Paco de Lucía y Camarón marcó una época y dejó una profunda huella en su obra.
Con el tiempo, esa relación se transformó en dibujo. Flamen´Comic, creada en colaboración con el Institut Français de Sevilla, reunió cuarenta obras —en blanco y negro y a color— concebidas especialmente para Sevilla, acompañadas de tres episodios animados. Una muestra que hace diez años nos recordó que el flamenco también puede bailarse sobre el papel.