El flamenco es un arte que vive más allá del tiempo. En este Día de los Difuntos, el Museo del Baile Flamenco rinde homenaje a cinco grandes artistas que en 2025 partieron físicamente, pero que siguen vivos en la esencia misma del flamenco: La Chunga, El Güito, José Luis de la Paz, Ramón “El Portugués” y Diego de Morón.
La primera en despedirse fue Micaela Flores Amaya “La Chunga”, que falleció el 3 de enero a los 87 años, víctima de un cáncer de pulmón. Nacida en Marsella y criada en Barcelona, su forma de bailar descalza no fue una excentricidad, sino una necesidad vital, una expresión de libertad y de raza. Descubierta por el pintor Francisco Rebés, quien la acercó a genios como Picasso o Dalí, conquistó el mundo con un estilo pasional y salvaje que la convirtió en un icono irrepetible. Su paso por tablaos como El Corral de la Morería, su proyección internacional y presencia en programas como El Show de Ed Sullivan o su colaboración con Lola Flores en Con casta, hicieron de ella una de las figuras más singulares del baile flamenco del siglo XX.
Pocos días después, el 8 de enero, el flamenco volvió a vestirse de luto con la muerte de Eduardo Serrano Iglesias “El Güito”, a los 83 años. Madrileño de nacimiento y símbolo universal del baile masculino, fue un maestro de la elegancia, la sobriedad y la profundidad expresiva. Desde su debut adolescente con la compañía de Pilar López hasta su consagración junto a Antonio Gades y Mario Maya en el mítico Trío Madrid, El Güito marcó un antes y un después en la historia del baile flamenco. Colaborador de Paco de Lucía, Camarón de la Isla y Cristina Hoyos, su nombre quedó grabado para siempre en el arte jondo, reconocido con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
El 15 de enero, el mundo del toque perdió a uno de sus grandes innovadores: José Luis de la Paz, fallecido a los 57 años tras una valiente lucha contra el cáncer. Virtuoso de la guitarra flamenca contemporánea, destacó por su habilidad para unir la tradición con nuevos lenguajes sonoros. Compositor y director musical de Cristina Hoyos durante casi una década, fue autor de espectáculos memorables como Tierra Adentro, Yerma y Viaje al Sur. Su obra OléOlá, estrenada en 2022, fusionó el flamenco con los ritmos del Caribe y Sudamérica, testimonio de su espíritu abierto y creativo.
En junio, la voz templada y profunda de Ramón Suárez Salazar “El Portugués” se apagó para siempre a los 77 años, tras un accidente doméstico. Nacido en Mérida, pertenecía a una familia de artistas fundamentales en el cante de Extremadura, sobrino de Porrina de Badajoz, hermano de Guadiana y patriarca de una saga donde brilla el guitarrista Juan José “Paquete” Suárez. Con un cante sincero y lleno de compás, representó la pureza de los jaleos y tangos extremeños. Desde sus primeros pasos en los tablaos madrileños hasta sus giras internacionales con el Ballet Nacional de España y la compañía de El Güito, su voz fue un reflejo de autenticidad y emoción.
El verano trajo la última despedida, la del guitarrista Diego de Morón, quien falleció el 31 de agosto a los 78 años. Heredero directo del legendario Diego del Gastor e hijo del cantaor Joselero, encarnó el toque más puro y libre de Morón de la Frontera. Su estilo, visceral y rebelde, trascendió fronteras: grabó con Gonzalo García-Pelayo, colaboró con el grupo Triana y llevó su arte a escenarios de Estados Unidos y Japón. Su guitarra, llena de duende y verdad, seguirá siendo guía para quienes buscan la esencia del toque jondo.
Hoy, en este 31 de octubre, el Museo del Baile Flamenco recuerda con respeto y gratitud a estas cinco almas flamencas que ya forman parte de la historia. Sus pasos, sus acordes y sus voces continúan latiendo en cada en cada corazón que ama el flamenco. Porque el arte no muere; se transforma en quienes lo sienten. Y ellos, eternos ya, seguirán bailando en la memoria viva del flamenco.